Comparativa técnica de sistemas de calefacción según su COP
Aerotermia, gas natural, gasoil, pellets, leña y electricidad: ¿cuál es realmente más eficiente?
Índice de contenidos
- Introducción: eficiencia energética en calefacción
- ¿Qué es el COP y por qué es clave para comparar?
- Datos comparativos de COP por sistema de calefacción
- Análisis por tecnología
- Gas natural
- Gasoil
- Electricidad convencional
- Pellets y biomasa
- Leña
- Aerotermia
- Factores que influyen en el rendimiento real
- Reflexión final: ¿qué sistema conviene elegir?
- Referencias técnicas y fuentes
Introducción: eficiencia energética en calefacción
La calefacción representa una de las mayores demandas energéticas en los hogares españoles. Elegir el sistema adecuado no solo impacta en el confort, sino también en el consumo, la factura energética y las emisiones contaminantes. En un contexto de transición ecológica, cobra especial relevancia analizar qué tecnologías ofrecen un mejor rendimiento energético.
La forma más objetiva de comparar el rendimiento de los sistemas de calefacción es a través del COP (Coefficient of Performance), que mide cuánta energía útil se obtiene por cada unidad de energía consumida. Este artículo ofrece una comparativa técnica y objetiva de los sistemas de calefacción más utilizados en el ámbito residencial: gas natural, gasoil, biomasa (pellets y leña), electricidad directa y aerotermia.
¿Qué es el COP y por qué es clave para comparar?
El COP es una unidad de medida del rendimiento energético de los sistemas térmicos. Se define como la relación entre la energía térmica útil generada (calor que realmente aprovecha el usuario) y la energía primaria consumida (electricidad, gas, gasoil, etc.).
Por ejemplo, un sistema con COP 1 consume 1 kWh de energía para generar 1 kWh de calor. Uno con COP 4 genera 4 kWh de calor por cada kWh consumido.
Cuanto mayor es el COP, más eficiente es el sistema. Sin embargo, no todos los sistemas tienen un COP constante: algunos, como la aerotermia, pueden variar según la temperatura exterior, el diseño de la instalación o el sistema de emisión (suelo radiante, radiadores, etc.).
Datos comparativos de COP por sistema de calefacción
Según datos técnicos del IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) y fuentes reconocidas como el informe “Estrategia de calefacción y refrigeración sostenible en España” (IDAE, 2019), los valores medios de COP para los principales sistemas de calefacción en instalaciones residenciales son los siguientes:
Estos datos están calculados bajo condiciones medias en viviendas unifamiliares y pisos, y pueden variar en función del aislamiento, la eficiencia de los emisores y el mantenimiento del sistema.
Análisis por tecnología
Gas natural
El gas natural sigue siendo uno de los sistemas de calefacción más implantados en España, sobre todo en núcleos urbanos. Las calderas modernas, especialmente las de condensación, han mejorado su rendimiento hasta acercarse a un COP de 1,05.
Sin embargo, este valor no significa que la tecnología sea “más que eficiente”, sino que recupera parte del calor latente del vapor de agua contenido en los gases de combustión. En términos de eficiencia energética y reducción de emisiones, sigue estando por debajo de sistemas renovables como la aerotermia.
Gasoil
Muy utilizado en viviendas rurales o en zonas donde no hay acceso a la red de gas, el gasoil presenta un rendimiento algo inferior. Las calderas de gasóleo modernas tienen un COP real entre 0,85 y 0,95, dependiendo del estado del equipo y del tipo de regulación.
Además del bajo rendimiento, este sistema implica emisiones contaminantes más elevadas y un mayor coste de operación frente a las alternativas renovables.
Electricidad convencional
La electricidad directa, como radiadores eléctricos o acumuladores, convierte la energía en calor con una eficiencia casi perfecta en el punto de uso. Es decir, el COP es técnicamente 1,0.
El problema es que la electricidad en España tiene un coste elevado y su origen puede no ser 100% renovable, lo que reduce su eficiencia energética desde el punto de vista del sistema energético completo. Por eso se considera un sistema de baja eficiencia global.
Pellets y biomasa
La biomasa, en forma de estufas o calderas de pellets, ha ganado terreno en zonas rurales y viviendas unifamiliares. Se trata de un sistema con carácter renovable si la gestión forestal es sostenible, aunque su COP medio ronda 0,8.
Requiere un espacio importante para el almacenamiento del combustible, limpieza frecuente y una alimentación continua para mantener la combustión. Su rendimiento puede mejorar notablemente con equipos modernos y una buena instalación, pero rara vez iguala la eficiencia de sistemas eléctricos como la aerotermia.
Leña
El uso de leña como fuente de calefacción ha sido tradicional en muchas regiones. Sin embargo, las chimeneas abiertas apenas alcanzan un COP del 0,2 – 0,4, mientras que las chimeneas cerradas o estufas modernas pueden llegar a un 0,6 – 0,7.
Es un sistema con alto valor emocional y cultural, pero poco eficiente, con combustión poco controlada y elevada generación de partículas y CO₂ si no se combina con filtrado adecuado. Como calefacción principal, no es competitivo en términos de rendimiento.
Aerotermia
La aerotermia destaca en esta comparativa por su alto COP, que en condiciones reales puede oscilar entre 3,5 y 4,5, dependiendo del modelo de bomba de calor, la temperatura exterior y el tipo de emisores utilizados.
Esto significa que el sistema puede generar hasta cuatro veces más calor del que consume en electricidad. A diferencia de la electricidad directa o el gas, la aerotermia extrae la mayor parte de la energía del aire ambiente, lo que la convierte en una tecnología renovable según la normativa europea.
Además, permite integrarse con sistemas de suelo radiante, fan coils o incluso radiadores de baja temperatura, aportando una sensación térmica más homogénea y confortable. Su eficiencia estacional la hace idónea para gran parte del territorio español.
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Factores que influyen en el rendimiento real
Aunque el COP teórico es un buen punto de partida, el rendimiento real en una vivienda depende de muchos factores:
- Aislamiento térmico: cuanto mejor sea, menos potencia necesitará el sistema para mantener la temperatura.
- Temperatura exterior: en la aerotermia, el rendimiento desciende en climas muy fríos si no está bien dimensionada.
- Sistema de emisión: el suelo radiante permite trabajar con temperaturas más bajas, mejorando el COP global del sistema.
- Mantenimiento: un quemador de gasoil sucio o una estufa de pellets mal alimentada reducen significativamente el rendimiento.
Por eso, más allá de comparar COPs teóricos, es crucial diseñar bien cada instalación y hacer un seguimiento técnico que garantice su buen funcionamiento a lo largo del tiempo.
Reflexión final: ¿qué sistema conviene elegir?
La elección del sistema de calefacción debe basarse en criterios técnicos, económicos y medioambientales. Si nos ceñimos al rendimiento energético medido por el COP, la aerotermia se sitúa claramente a la cabeza. Su capacidad de generar más energía térmica de la que consume, utilizando una fuente gratuita e inagotable como el aire, la posiciona como la tecnología más eficiente entre las comparadas.
Aunque su inversión inicial puede ser superior, se compensa en la mayoría de casos con un ahorro operativo sostenido y una mayor confort térmico. Frente a ello, tecnologías tradicionales como el gas natural o el gasoil presentan un rendimiento limitado, mientras que la biomasa o la electricidad directa pueden ser útiles como sistemas auxiliares o en viviendas muy concretas, pero con menor eficiencia global.
Para lograr una vivienda energéticamente eficiente y alineada con la transición ecológica, la aerotermia no solo es una apuesta sólida desde el punto de vista técnico, sino también desde una perspectiva de sostenibilidad y ahorro a largo plazo.
Referencias técnicas y fuentes
- IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía): Estrategia de calefacción y refrigeración sostenible en España, 2019.
- Eurostat / European Heat Pump Association (EHPA): Datos sobre eficiencia estacional y consumo energético residencial en Europa.
- Reglamento (UE) 2017/1369 y Directiva 2009/28/CE: Definiciones de tecnologías renovables aplicadas a climatización.